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martes, 22 de mayo de 2012

Un ejemplo concreto para trabajar la prevención de las drogodependencias con jóvenes


Si la mayoría de alumnos de un centro de educación secundaria en su periplo por la escuela hubiera pasado por programas que trabajaran la adquisición de hábitos saludables, una práctica deportiva acorde con un país civilizado, vieran su participación en organizaciones sociales como algo accesible y normal, tuvieran unos padres con una formación básica en el tema de salud y no colapsada por el temor a que su hijo entre en “la droga” y todo esto aderezado con su implicación en procesos participativos en la escuela, a lo mejor otro gallo nos cantaría en esto del trabajo en prevención (y en otras muchas cosas). Pero no es así.

Tenemos que trabajar, en general, con jóvenes que no han pasado por ninguno de esos estadios  y, claro, la tarea es dura.


Si nuestra entidad, sea pública, asociación o empresa, va a organizar una actuación con el objetivo de prevenir las drogodependencias en un ámbito concreto (instituto, pueblo, barrio…) lo más normal es que nos gastemos el poco dinero que tenemos en la contratación de un monitor, en la realización de folletos para hacer una campaña y en charlas informativas para los  alumnos de 4º de ESO o 1º bachillerato. Total, estirando mucho la goma tenemos para 2 meses y el impacto habrá sido el mismo que si no hubiésemos hecho nada, o casi nada.

Os propongo otra actuación con ese mismo dinero y voy a tratar de resumirla en algunos pasos. Lógicamente no es la planificación pero sí da una idea de lo que se puede hacer.

Después de tener claro que el objetivo esencial es que ellos asuman el protagonismo de aquéllos temas que les conciernen, en particular el dichoso tema drogas, nos pondremos manos a la obra para conseguir  el apoyo de las instituciones o centro de educación secundaria. No, no queremos que hagan nada: sólo no estorbar y que dejen los espacios públicos que tienen que para eso están. Si alguien quiere involucrarse, perfecto pero no puede cambiar el fin ni la metodología bajo ningún concepto.

El mediador, pieza clave e indispensable. Su principal característica es que tenga predisposición al trato con jóvenes, capacidad de escucha y saber que su función es acompañar al grupo. También ha de tener conocimientos sobre el tema ya que él mismo realizará funciones docentes en la primera parte de la actuación. No hace falta que tenga siete titulaciones, con algo de sentido común y ganas de trabajar con jóvenes es suficiente.

La captación para el taller ha de ser voluntaria, por difícil que parezca. Lo mejor sería dar un plazo de inscripción y dejar las fichas para hacerlo en diversas dependencias: instituto, centro de información juvenil, etc… Sería bueno también una reunión informal y breve con delegados de las clases que  se correspondan con las edades que nos interesan: 15/16 años. También distribuir la convocatoria en las organizaciones de la localidad y en redes sociales. La información que se dé ha de ser clara y directa de lo que se quiere hacer: taller de prevención y posterior campaña realizada por ellos mismos. He utilizado esta fórmula durante mucho tiempo y los resultados me siguen sorprendiendo ya que la primera impresión es que no se va a apuntar ni el tato. Pues sí, se apuntan.

Con los inscritos se realizará el taller que tendrá, como máximo, cuatro sesiones. Dos sesiones por semana de unas dos horas de duración cada una. Los contenidos a tratar serán: mitos, publicidad y medios de comunicación, presión de grupo, conocimientos básicos sobre efectos de drogas que puedan entender en su nivel, habilidades sociales, recursos de ocio y tiempo libre y, sobre todo, trabajar el espíritu crítico. La metodología del taller ha de ser participativa por encima de todo, a través de dinámicas de grupo que potencien la comprensión de los temas tratados y fomenten su propia opinión. El taller tendrá una duración de dos semanas y el mediador sólo contactará con ellos durante las cuatro sesiones establecidas. La primera sesión será fundamental para que los jóvenes vuelvan. Si la haces un pestiño yo tampoco volvería.

Si existe un grupo de más de 25 jóvenes habría que hacer varios talleres a la vez en días u horas distintas.

En la última sesión del taller se explica en qué va a consistir la campaña de sensibilización sobre el abuso de drogas y el papel fundamental que desempeñarán ellos en todo el proceso ya que las actuaciones que se realicen serán propuestas, organizadas y evaluadas por ellos con el acompañamiento del mediador. Se pone una fecha y lugar  de reunión en la próxima semana.

Con los asistentes a la reunión de preparación, siempre dejará de asistir alguno,  se sigue trabajando en grupo intentando descubrir las habilidades de cada uno para potenciarlas. Se empieza con una tormenta de ideas de las cuales el mediador descartará aquellas de imposible realización, explicándoles el porqué, y se comenzará a dar forma en sucesivas reuniones. Estos encuentros ya los marcarán ellos, también decidirán el lugar. El mediador insistirá en que la campaña va dirigida a jóvenes y que han de pensar qué es lo que les gustaría a ellos encontrar.

El proceso para crear el programa de actuación es muy importante ya que de ahí se pueden formar grupos estables y jóvenes interesados en seguir haciendo actividades comunitarias con el mismo grupo, por su cuenta o con organizaciones de la zona.

Y, por supuesto, todas las gestiones de espacios, hablar con el Concejal de turno y funcionarios municipales, creación de logos, patrocinadores y seguimiento por redes sociales ha de ser  hecha por ellos.

La última ocasión que tuve la oportunidad de organizar esta actividad, estos fueron los resultados:

-          28 jóvenes inscritos al taller.
-          23 jóvenes participantes en la Campaña.
-          Actividades que organizaron:

o   Campaña de información sobre el abuso de drogas.
o   Lema: “Son tus cartas, tú juegas”. (creo que mejor lema que cuantos han creado sesudos publicistas para la FAD)
o   2 Talleres dirigidos a compañeros de instituto (42 alumnos) y coordinados por ellos, con la supervisión del mediador, en donde se abordaron principalmente la presión de grupo y publicidad y medios de comunicación.
o   Una carpa informativa durante dos sábados en una plaza céntrica para informar a todas las personas que lo solicitaban,  con talleres paralelos de lo que cada uno o sus amigos sabían hacer. Se pudo ver a un joven de 16 años informando a su padre sobre los efectos de distintas sustancias.
o   Actividades en su instituto: deportivas  y cine fórum con una alta participación.

El presupuesto de todo esto: 8 h. por semana de curro del mediador durante 2 meses, seguros, fotocopias, folletos caseros  y compra de materiales, por la cantidad de 1.900,00 €. El resto de recursos necesarios fueron cedidos o patrocinados por distintas entidades: trofeos, carpas, recursos para talleres y actividades deportivas, etc…

Qué es lo que creo que se consigue:

-          Que un grupo de jóvenes pueda formar su propia opinión sobre un tema que les puede afectar directamente.
-          Que conozcan la importancia de mantener un espíritu crítico en relación a la publicidad y medios de comunicación.
-          Que unos jóvenes estén dispuestos a organizar actuaciones en beneficio de su comunidad.

Lo mejor, sin duda, serían programas estables en los centros y en los municipios sobre este y otros temas pero como eso es, hoy por hoy, ciencia ficción, nos conformaremos con estas actividades.

Si, ya sé que no he redescubierto América. Esto es sólo un ejercicio práctico sobre un tema tan manido que seguimos haciendo, en general, siempre lo mismo y creo que se pueden hacer actuaciones en prevención de las drogodependencias que pueden calar en los jóvenes, sobre todo en municipios pequeños. Sin ir más lejos, esta campaña realizada en un pueblo de 11.000 habitantes fue el tema de conversación durante dos meses, se reactivaron las actividades juveniles de organizaciones y Concejalía de Juventud y los chavales salieron muy reforzados en su autoestima. Por intentarlo, ¿qué se pierde?

PD: Gracias a un grupo de jóvenes de pueblo por demostrarme que sí quieren hacer cosas y que están deseosos de hacerlas. Y los adultos seguimos diciendo: Los jóvenes no quieren hacer nada, están apáticos. Ya, eso me decían a mí también hace 30 años.
Pd: Más información sobre el programa de educación para la participación "nueve.e" en www.trabajarconjovenes.com

6 comentarios:

  1. Creo que esa esa es la clave, empoderar a los jóvenes y facilitarles la Participación. Si se siente parte de algo, se involucran, y por tanto se esfuerzan en llevarlo adelante.

    Además no hay mejor interlocutor que de "joven a joven".

    Gracias por compartir esta experiencia.

    PD: Y si, los publicistas de la FAD..... jeje

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  2. Gracias, como siempre, por tu interés. Yo también creo que es necesario que sientan las cosas como suyas. Y lo de la FAD, en fin, toda la vida diciendo que el NO era peligroso decirlo a un adolescente y tardaron veinte años en quitar la palabra de sus anuncios. Un saludo.

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  3. Son propuestas de prevención. La publicidad y otros métodos son "a toro pasado" a "las consecuencias del consumo" y no a otra forma de vida. A veces es como poner "muros al mar" en caso de los más jóvenes pero lo fácil es decir que son todos iguales.

    Saludos!

    @mignesias

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    1. Gracias por tu comentario, Miguel. En efecto, lo que nunca he comprendido y lo decía en otro post, que para los adultos especifiquen el sector para desarrollar la publicidad pero para jóvenes los metan todos en el mismo saco. Dice muy poco sobre los publicistas y los que encargan las campañas.
      Espero que sigas dándote una vuelta por aquí cuando quieras.
      Saludos.

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  4. Muy buena propuesta!!! Y tanto que la figura del mediador es indispensable, y su perfil más. No tanto de formación y de experiencia, si no más bien con qué mirada contempla a aquellos a los que tiene que alentar a participar. Esta chispa es la que hace funcionar estos proyectos y obtener resultados tan positivos. Tuve la suerte de participar en un proyecto de este tipo, con jóvenes, y la figura del mediador, su forma de tratar con los chicos y chicas, era el enganche. El mediador es el espejo en el que se miran y necesitan ver de lo que pueden llegar a ser capaces de hacer.
    Un placer leerte.

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    1. Gracias, Esther. Tú lo has dicho todo, si el profesional falla, no hay programa que valga. Un saludo y gracias por dejar tu opinión.

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